sábado, 30 de octubre de 2010

EL ENCUENTRO


Corrí la tasita de café vacía en uno de esos movimientos inconscientes que suelo hacer cuando no encuentro el adjetivo adecuado, y a la inversa, cuando redondeo una frase inspirada, esas que parecen que te son dictadas, como ocurría en ese momento.
Súbitamente una sombra, la de alguien joven se paró a mi lado.
No lo miré, me pareció que era uno de esos chicos que te vienen a pedir.
-Gracias, ya le di una moneda al pibe de las estampitas, gracias igual.
Quedó en silencio ahí parado, luego oí su voz, que parecía la de un locutor.
-Señor, soy la muerte y vengo a buscarlo.
Lo miré, era un chico de unos veinte años. Estaba vestido con pantalón y campera de jean, una rosa negra le asomaba del bolsillo de la camisa.
La verdad no me molestó tanto el que quebrase la epifanía, como la sensación de que otra vez alguien me estaba interrumpiendo.
A la mañana me habían despertado los evangelistas que todos los sábados tocan el portero eléctrico de casa. Los deben de renovar, porque indefectiblemente les respondo: “soy ateo, gracias”, pero no hay caso. En el desayuno, mi esposa con la sutileza a la que puede aspirar una ingeniera me preguntó. ¿Este sábado tampoco me acompañas al súper? Así que esa mañana ya había arrancado mal.
-No gracias pibe, me quedo viviendo un poco más- ¡Que bien que estuve!, pensé.
- Señor, tengo órdenes de llevarlo.
-Mirá pibe, hoy no tengo un buen día, desde que me levanté que no me dejan estar tranquilo. Viniendo para aquí, en un semáforo, me atacaron tres limpiavidrios que no me dieron tiempo a nada, me dejaron el parabrisas peor que antes, sucio, con rayas, y encima les tuve que dar 2 pesos.
Y antes de que vos llegaras vino el pibe de las estampitas, y después el de las curitas, y la verdad es que estoy un poco harto, no me dejan escribir. ¿Por qué no volvés otro día? o mejor, dejáme tu número y yo te llamo.
El muchacho se sentó enfrente mío; es verdad que antes pidió permiso, pero no me dio tiempo a contestarle.
-Señor Julio, tengo órdenes, tiene que acompañarme, si se resiste va a ser peor.
El chico ya me estaba incomodando: –Tenés órdenes, entonces mostrámelas.
-Señor, son órdenes verbales, paradigmas de la vida y de la muerte.
Chau, otro poeta, pensé, pero de los molestos.
-Mirá, si no tenés la orden por escrito, no sigamos hablando, ¿o no sabés que vivimos en un estado de derecho? Y ahora dejáme tranquilo y andáte.
El chico se quedó unos instantes callado.
-¿La orden tenía que ser escrita?- Realmente el muchacho parecía desconcertado.
-Obvio, por escrito y con todos los sellos, número de expediente y motivo del pedido- La verdad es que me agarró inspirado, hay veces en a uno le salen bien las respuestas.
-Julio, haga una excepción, es mi primer trabajo, y usted ya sabe que en el infierno son inflexibles con los que se equivocan.
-¡Ah!, y encima me querías llevar al infierno. Decime pibe ¿tenés el certificado de aptitud de la caldera?, ¿La aprobación de derechos humanos a la lista de torturas?, ¿los certificados de las normas IRAM 9002?
-No señor no me dieron nada, pero…
-Pero nada…Mirá pibe tomatelás, y la próxima vez volvé mejor preparado, mientras tanto no me jodas.
-Está bien, voy a hablar con mi supervisor, que está en el bar de enfrente.
-Pero… ese es el bar “La Paz”, ¿como se le ocurre estar ahí?
-Y, sucede que mi supervisor es un nostálgico de los setentas. Nos contó que en ese bar se reunía con sus compañeros.
-Mirá pibe, eso que me contás merece mi respeto, pero igual tomatelás.
El chico se fue, me quedé mirándolo cruzar la avenida Corrientes y entrar en La Paz.
“Mejor me voy” pensé, a ver si el supervisor es un conocido, y de todos modos si regresan, otra vez voy a tener que empezar a argumentar. Esta vez me salió bien, la próxima no sé.
Es increíble, pero el sábado a la mañana no hay en esta ciudad un puto lugar donde escribir tranquilo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

EL DESPERTADOR


Hace poco he oído de la existencia de despertadores sobornables. Parece ser que durante la noche, estando dormidos, el cuerpo se auto-chequea y si determina que deberíamos seguir soñando, digamos un par de horitas más, se comunica con la infernal máquina despertadora y le promete beneficios, prebendas, a cambio de postergar la hora de la chicharra.
Al parecer lo seduce asegurándole cuestiones tales como que en la mañana lo limpiará con Blem, o que esta vez no comprará las pilas en la calle, por el contrario se asegurará que sean las autenticas Energizer alcalinas, que tanto bien le hacen a su mecanismo.
Aunque no todos los cuerpos puede realizar este prodigio, dicen que para que esto ocurra, los latidos deben pulsar exactamente sesenta veces por minuto, lo que lo equipara con el ritmo exacto que lleva el reloj. De este modo, por medio de vibraciones rítmicas se establece un diálogo, que en ocasiones dura toda la noche.

Son esas mañanas en que misteriosamente seguimos durmiendo pasada la hora del despierte. Al levantarnos, lo que primero nos sucede es dudar si la noche anterior hicimos todas las maniobras correctas: Chequear que el reloj este en hora, AM-PM, la aguja roja en las siete en punto y la perilla de activación en ON. Luego al saber que no somos los culpables, maldecimos la circunstancia, nos vestimos de prisa y nos vamos.

Pero en el subte, tal vez a mitad de camino, la sensación de descanso nos comienza a sedar, sabemos que algo bueno ha pasado, estamos de mejor humor y nos perdonamos.
Claro que la mayor parte de las veces esto no sucede. A pesar de la modorra o la resaca, el aparato siniestro hará sonar sus campanillas. Ocurre que nuestro corazón, tal vez alterado por una repentina pesadilla o una inesperada erección, ha modificado el ritmo preciso de la comunicación entre el cuerpo y la máquina.

Sin embargo sospecho que la causa principal no obedece a la incapacidad de nuestro sistema hemodinámico, sino en realidad al origen del despertador.
Los pocos que quedan “made in Suiza”, son por propia definición, extremadamente precisos e incorruptibles, sería intolerable, para los guardianes del dinero del Mundo, generar un pequeño aparato que se dejara seducir por un soborno, no está esta característica en su materialidad.
Los chinos son en cambio impredecibles. Es fundamental saber si proceden de Taiwan o de Beijing.
Los de Taiwan, jamás fallarán, es que los ingenieros relojeros, han puesto todo su empreño en quebrar la fama de berreta que tenía la industria Taiwanesa, cuestión necesaria para reimponer la “marca país”. Por eso han creado firewalls, antivirus, vacunas y complejos mecanismos de control que impiden que estos fallen o sean corrompidos.
Los de Beijing en cambio son más dúctiles, aunque es imposible realizar un buen diagnóstico “prima facie”. Tenemos por un lado los despertadores con inclinaciones “Plaza de Tian'anmen”, son relojes antimaoístas, pro capitalistas, realizados en los años ochenta, algo desorientados, aunque de buen corazón, a los que se puede convencer con promesas que nunca cumpliremos. De todos modos no es aconsejable cerrar tratos con estos despertadores, son impredecibles en sus respuestas y debemos recordar han sufrido en carne propia “la tortura china”, y quien sabe si no esperan una simple excusa para vengarse aplicando ellos mismos estos rigores (ya se sabe por este asunto de “la identificación con el agresor”, en fin). Por otro lado, los despertadores chinos clásicos, producto de la economía comunista-capitalista, (aunque algo imprecisos) son más proclives a los argumentos del toma y daca, seguramente ellos oirán gustosamente la propuesta y elaborarán un estudio de conveniencia.
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Pero he llegado a la conclusión, que si bien difíciles de conseguir, el despertador redondo con forma de pequeña horma de queso, con dos campanillas en la cabeza, "INDUSTRIA ARGENTINA”, es sin duda el más flexible para las negociaciones. Escuchará atento nuestro ritmo cardíaco y evaluará gustoso la eventual propuesta. Seguramente negociará las condiciones, pero les aseguro que llegará finalmente a un arreglo.
Sin embargo estos despertadores tienen varias desventajas: son imprecisos, dejan de funcionar por cuestiones triviales, faltan a sus labores, y a veces se descomponen y no es posible repararlos sin brindarles beneficios sociales y más días de descanso.
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Claro que todos los despertadores, no importa su origen, son finalmente poco confiables, y se debe tener con ellos especial cuidado pues una vez comenzadas las conversaciones, ya sea por razones ideológicas o de insatisfacción comercial, el reloj puede dar por finalizadas las tratativas; y dejarse llevar justamente por su frialdad de máquina, elaborando alguna siniestra venganza.
Son justamente esos días en que nos levantamos muy cansados, sin comprender que la razón de la falta de descanso han sido las infructuosas horas de diálogo cardíaco, en que se ha comunicado nuestro sistema rítmico con los del despertador, y que a pesar de un gran esfuerzo cardiovascular, no han podido llegar las partes a un acuerdo económico.

Esos días son los que al sonar las campanillas, nos parece súbitamente, escuchar al monótono repiqueteo ir transformándose en una voz de soprano reverberante y los sonidos de timbre descompuesto, convertirse lentamente en una frase que nos dice en tono muy agudo: ¡Levantate, avaro de mierda!.

martes, 26 de octubre de 2010

frialdad


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viernes, 22 de octubre de 2010

Ciro y Yo


En el momento en que nacemos, mientras la primera bocanada de aire inunda los pulmones, alguien al mismo tiempo, pulsa el botón del timer. ¿Cuándo se apagará la imagen?, ¿cuándo se transformarán los millones de colores en una sola raya titilante, luego en un punto blanco y finalmente en nada?; ese, es el único gran misterio de la existencia.


Llegué a esta conclusión el día de mi décimo cumpleaños. Me acuerdo muy bien porque para esa fecha, pero dos años antes, sucedió el hecho más importante de mi vida: mi mamá hizo instalar en mi cuarto un decodificador de DirectTV. A partir de ese día las ondas digitales comenzaron a invadir mi cerebro con imágenes increíbles.
Mi papá no estaba del todo de acuerdo, decía que la tele me iba a estupidizar, en cambio, opinaba que la mejor combinación en la niñez, era la de un niño y un cachorro. Creía firmemente en que el instinto del animal y la racionalidad del hombre se conjugarían, y ambos, perro y niño, crecerían adaptándose alegremente al mundo en que les tocaba vivir.
Y así fue como me compraron un perrito, y a pesar de que ellos siguieron debatiendo como debería ser mi educación, les aseguro, formamos el más espectacular trío de la Tierra con Ciro, mi schnauzer, mi Sanyo pantalla plana y yo.
La tele, como les decía, me mostraba cuestiones inimaginables, historias de héroes y villanos, animales en extinción y hasta operaciones estéticas en vivo. Pero más allá de las imágenes y los datos, me enseñó algo fundamental: todos los hechos tienen un inicio, un desarrollo, y un desenlace. No importa de que se trate, si de la vida misma o de un comercial, siempre ha sido y será así.
Mi schnauzer, por su lado, complementó este conocimiento con otro no menos profundo, y es que todo, absolutamente todo, tiene su propio olor.
Mientras jugaba con Ciro, de a poco fui notando que su Mundo se construía con olores. Esto era sencillo de observar, digamos que obvio para cualquiera que ha tenido un perro, sin embargo, había algo más profundo, que tardé en descubrir.
Y nunca lo hubiese hecho, si no fuese porque una tarde, mi perro, sin ninguna razón aparente, comenzó a ladrarle a un hombre que pasaba por la vereda, el hombre se detuvo asustado y regresó sobre sus pasos; entonces comprendí que Ciro había olido el miedo. Los perros pueden oler las emociones, pensé y ese pensamiento me inquietó.
Así que comencé a imitar a mi perro, donde él olfateaba yo también lo hacía. Y si que fue difícil hacerlo. Muchas veces debí completar la inspección sumándole el sentido del gusto; pasaba mi lengua y aspiraba al mismo tiempo, entonces se asociaban el sabor con el aroma, de ese modo me era más fácil.
Luego, a mis doce años, y ya con seis años de escuela primaria y dos de kinder sobre mis espaldas, llegué a una segunda conclusión vital: La escuela había sido creada para estandarizarme, para enrasarme con los demás y tal vez matar mis sueños.
Así que con estas dos simples premisas, la de saber que la duración de la vida no dependía de mi y la de que la escuela, si le daba chance, acabaría con mi imaginación, es que inventé un doble. Claro era yo mismo, pero tal como los demás querían que fuese, limpito, aplicado y peinadito. Y me fue muy útil, porque mi doble los dejaba conforme a todos, en tanto el verdadero podía gracias a esta pantomima, seguir con su aprendizaje, mamando ávidamente la programación de DirectTV, y aprendiendo a olfatear las emociones.
Han pasado dos años, apenas soy un adolescente y sin embargo sé que he aprendido de la vida más que cien hombres de cien años. Es cierto que aún no tengo en claro para que voy a utilizar todo este conocimiento, pero intuyo, para algo grandioso.
Por lo pronto, en los últimos días, he descubierto en mí unas nuevas sensaciones. Hay en mi clase una niña que increíblemente está acaparando mi atención, y es ella quien me provoca esta especie de extraña alegría. Es muy bonita, y en sus ojos que son verdes hay dos pequeñas nubecitas. Ayer le he lamido la mejilla y al tiempo he metido la nariz en su cabello mientras aspiraba muy profundo. La niña está muy triste, quiere ser bailarina, pero ya casi no lo recuerda. La voy a ayudar, pero debo apresurarme, si el tiempo sigue pasando, ella misma no se reconocerá. Porque saben, todos mis compañeros tienen dobles, como yo, aunque ellos creen ser uno solo. Pero yo que cada tanto los olfateo, sé que también son dos, aunque el de de verdad se les va desapareciendo muy rápidamente; y como he aprendido en las películas y en las series de DirecTV, luego pasarán la vida infructuosamente tratando de recordar lo que ahora saben: quienes eran y que querían.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Te invito a un JUEGO LITERARIO : "cruel"



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miércoles, 13 de octubre de 2010

DAR y RECIBIR


Clase 120: Cuando la maestra Ceci-Li pide que hagamos el “golpe con el metatarso”, me doy cuenta de que he perdido el dominio sobre mi pie izquierdo. Me resulta imposible poder acertarle al blanco, los golpes son demasiado altos o demasiados bajos, siempre errados; la imprecisión me desalienta hasta tal punto que vuelvo sola al vestuario.
Sentada sobre el banco descolorido, mirando a mi pie como buscando una explicación, imprevistamente lo vi. En realidad nos vimos, mi dedo gordo a través de una pequeña llaga redonda, como un cíclope, me estaba mirando directamente a los ojos. De repente mi animo cambió, y envuelta en una epifanía en la que parecía estar en armonía con el universo, creí oírlo decir: “Yo, sostén de tu cuerpo, amo de los 10 dedos, coordinador de tus pasos, señor de tu erguida postura, he sido abandonado a mi suerte.” Su voz no era ni grave ni aguda, ni fuerte ni débil, sin embargo su contundencia me mantenía en el sopor del encantamiento. “¿Acaso, no te lo he dado todo?” me decía, “y sin embargo me has descuidado a tal punto que ya me has quitado las ganas de mantenerte en pie. Hace tiempo que no me pones Empecid en los honguitos, ni limpias mis impurezas con la lima roja, es más, mira mi uña, de tan larga se ha convertido en un arma mortal. ¿Te parece bien esta inequidad? ¿No crees que deberías prestarme más atención?"
La puerta del vestuario se abrió, era la profesora Ceci-Li preguntándome que me ocurría, si acaso me había lastimado en el ejercicio. Dicen que la alucinación con opio tiene la particularidad de permitir salir y entrar en ella a voluntad, si es así, con esa facilidad, salí de los reproches de mi dedo a la preocupación de mi maestra. “No es nada, tan solo fatiga”, me miró extrañada, usualmente no hablo en español neutro, pero en una demostración más de su sabiduría, cerró la puerta y se fue.
En casa, lo primero que hice después del baño, fue atender a mi dedo. Lo limpié con esmero, corté su uña con ayuda del alicate que uso en la jardinería de la terraza, le puse Empecid y lo froté con cariño.
Una semana después pude hacer el golpe con gran eficacia, incluso la maestra Li, que notó mi evolución, me felicitó.
Clase 132: Hoy nos enseñaron el “golpe con filo”, una suerte riesgosa que involucra a todo el pie. No voy a tener problemas, ayer ya convine con mi dedo gordo, en dejar de usar esos zapatos de taco alto que compré en Las Baratas y que me van tan apretados; “Solo los de Prüne y las ojotas”, me pidió.
Jamás se lo negaría, en Noviembre doy el examen para cinturón gris, sé que no voy a fallar.

martes, 12 de octubre de 2010

te invito a un JUEGO LITERARIO: necedad - necio



Este será el último juego literario que haremos en este blog, a partir del próximo se continuarán en: www.metaforario.blogspot.com un blog específico de metáforas.
Por ahora es un blog muy feo y algo desorganizado, pero ya lo mejoraremos. Lo importante es seguir haciendo aportes de ideas. Si leen las que ya se han hecho, verán una verdadera fuente de inspiración que es además bella en si misma. Gracias a los metaforistas por los aportes, los espero en METAFORARIO. Julio


necedad
1- f. dicho o hecho por un necio
2- tontería terquedad

necio
1- adj. ignorante
2- imprudente, torpe y obstinado
3- (Cosa) ejecutada con imprudencia, ignorancia o presunción

sinónimos
estupidez, majadería, disparate, cretinismo, sandez, idiotez, imbecilidad, tontería, bobada


1- La sabíduría del ignorante
2- La condición necesaria del terco
3- Que me quieras toda la vida
4- Cualidad de los malcriados
5- Peligrosa propiedad del poderoso
6- Terror de los emprendedores
7- Prevalecer de cualquier modo
8- Extraño tipo de ceguera
9- ---------
Sigan agregando, hasta el infinito

domingo, 10 de octubre de 2010

Te invito a un JUEGO LITERARIO III "sutil"



Siendo que con palabras y frases construimos las ideas literarias; les propongo un juego: que en base a un concepto dado, agreguemos ejemplos, sinónimos o metáforas del mismo.

Estos no deben ser estrictamente gramaticales, sino aquellos que nosotros creamos que representan a la idea. Haremos así un acopio de imágenes que formarán parte de nuestro propio "METAFORARIO", siempre a disposición en la escritura.

sutil:
1- adj. que es fino y delicado
2- se aplica a la persona que tiene agudeza e ingenio.

Etimología
Del latín subtilis con el mismo significado.

Sinónimos
1- Leve, tenue, suave, vaporoso
2- Agudo, perspicaz, ingenioso


1- El corte de un bisturí

2- La orden de un psicópata

3- La publicidad subliminal

4- La sonrisa de Mona Lisa

5- La interpretación de un psicoanalista

6- La diferencia entre el eufemismo y la mentira

7- --------

8- --------




viernes, 8 de octubre de 2010

Te invito a un JUEGO LITERARIO II: "casual - casualidad"


Siendo que con palabras y frases construimos las ideas literarias; les propongo un juego: que en base a un concepto dado, agreguemos ejemplos, sinónimos o metáforas del mismo.
Estos no deberán ser estrictamente gramaticales, sino aquellos que nosotros creamos que representan a la idea. Haremos así un acopio de imágenes que formarán parte de nuestro propio “METAFORARIO”, siempre a disposición en la escritura.


casual: adj. Que sucede por casualidad
casualidad: f. Combinación de circunstancias imprevisibles e inevitables.

Sinónimos:
acaso, azar, suerte, contingencia, eventualidad, imprevisto, accidente, albur, chamba, chiripa


1- Un amor inmerecido

2- Por un segundo de diferencia

3- La mirada mal interpretada

4- El encuentro de un ovulo con ese espermatozoide.

5- El desencuentro de ese ovulo con aquel espermatozoide

6- La bala perdida

7- Una llamada equivocada

8- ------

jueves, 7 de octubre de 2010

CONSECUENCIAS


Estoy preparado, y también arrepentido. Hubiese preferido que la muerte me tomase de sorpresa, y no haberla estado esperando, inútilmente, toda la vida.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Te invito a un JUEGO LITERARIO: "efímero"


Siendo que con palabras y frases construimos las ideas literarias; les propongo un juego: que en base a un concepto dado, agreguemos ejemplos del mismo.

Estos no deberán ser estrictamente gramaticales, sino aquellos que nosotros creamos que representan a la idea. Haremos así un acopio de imágenes que formarán parte de nuestro propio “Diccionario de sinónimos”, siempre a disposición en la escritura.


Efímero definición: adj. Pasajero, que dura poco.

Efímero ejemplos :
1- un traje de bodas
2- un pedo
3- la promesa de un alcohólico

.............

.............

Aquel al que se le ocurra un ejemplo que pegue estos y agregue los suyos, y así al infinito.

sábado, 2 de octubre de 2010

EJERCITANDO LA DERROTA


Al terminar la votación quedé inmóvil, intentando entender el tiempo que parecía haber secuestrado mi vida. Días y días había esperado esta derrota, y sin embargo por una de esas contradicciones, que no son otra cosa que el refugio de los desencuentros, me entristecí. Sé que esta historia no saldrá hoy en el periódico, no hay en ellos amor por lo pequeño, prefieren usar su tinta describiendo como tras los cristales negros un asesino en serie ha elegido a su enésima victima, o en un despiadado plano corto, mostrar a los rebeldes somalíes de Keytown fusilar a esos niños de corazones quemados.
Sin lenguaje corporal, en un coma melancólico, quedé inmóvil, pensando tan solo en que mi racha de suerte me había abandonado prefiriendo tal vez a las jugosas historias de taberna antes que a un cuento con nombre de bolero.
Pero luego, como si la lluvia de Perseidas inesperadamente me rozara con sus estrellas, el ser inanimado en que me había convertido, súbitamente desapareció.
Así son las cosas pensé: como una tertulia inacabada, donde la victoria que ronda la naturaleza viva de los pensamientos, arrastrase sin querer las emociones.
Repentinamente me sentí lleno de energía, recordé todo lo que había conseguido en mi vida y como había logrado sostener la integridad en las relaciones sin ceder a mis propias debilidades.
- “Negro ¿querés un café?”, la voz de Ester me volvió a la realidad, la miré y la vi tan hermosa que pensé en que si alguna vez puedo detener el tiempo, que sea ahora, y que sus ojos se detengan brillando así por siempre.
- “Servime lo que quieras, me da igual, estoy escribiendo”, mi voz me salió algo finita y ella me miró extrañada mientras me servía un café.
Dejó el diario a mi lado, estaba abierto en la sección del obituario y alcancé a leer: “Q.E.P.D. tus nietos….” Rápidamente volteó la página, a ambos nos molesta ver una hoja llena de muertos.
- “María dice que todavía no la vio en el blog de Anónima Mente, así que no te votó”.
Me hubiese gustado saber expresarme mejor, para decirle que todo eso ya no importaba, que solo quería ahora, cuando terminase de escribir, volver a verla como hace un instante, tan bella y aunque parezca cursi, que sonase en la radio algún bolero en lo posible “contigo aprendí”.

Homenaje a todos mis compañeros de Diario de Anónima Mente.
Estos son los 32 nombres de los cuentos incorporados como partes indisolubles de esta narración: