sábado, 25 de septiembre de 2010

Contigo aprendí...


De todas las cosas que hay en casa, de todos los objetos que me rodean, el único que trasciende la ilusión de la comodidad es mi viejo colchón.
Mi colchón tiene vida propia, y no lo digo sólo por esos movimientos sincronizados que replican en las noches de pasión, ni por su sabia y oportuna sugerencia de que guardase mis ahorros entre su lana y sus resortes, renunciando a las tentadoras hipotecas subprime. Es algo más, es saber que nadie en este mundo me conoce como él, que acumula y baraja mis sentimientos en sueños prodigiosos, donde los muertos cobran vida, y se luchan las mejores de mis batallas. ¿La almohada? No, la pobre es tan sólo un tentáculo del colchón, ¿A quién no se le ha caído y luego de reemplazarla por el brazo siguió con el mejor de sus sueños? Es que las emociones tienen peso específico, y la atraviesan hasta quedar enganchadas en los helicoides de los resortes. Por suerte mi colchón es bueno, hay a quienes les ha tocado colchones perversos que disfrutan mojándose en el sudor de las pesadillas; o los obsesivos, que repiten al infinito el mismo y tedioso sueño.
Por eso, cuando ella me propuso cambiarlo le puse mil excusas: que está nuevo, que su medida es ideal, en fin, argumentos inútiles, porque se ha emperrado en tirarlo.
Anoche él mismo me ha dado la solución: “Mujeres hay muchas”, me dijo… “¿pero quién te ha cuidado desde niño?".
No hay nada que hacerle, otra vez tiene razón.



Escrito para la última reunión de "Diario de Anonima Mente"

20 comentarios:

  1. Buen final, vaya historia de amor más peculiar entre colchón y durmiente. Mis aplausos.

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  2. jajaja y no te lleva la contraria nunca!!!! Saludillos

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  3. Elisa, Puck, gracias por los comentarios, mi colchón y yo realmente se los agradecemos!!

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  4. Caramba con ese colchón! creo que tiene celos de ella, cuidado.
    Saludos cordiales

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  5. Y...un poco celoso estaba el colchón, pero también luchaba por su vida,después de todo, ¡ella lo quería tirar!

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  6. Como es de dominio público, soy un famoso médico psiquiatra especializado en terapia de parejas. Son las 2 de la mañana y como no tengo colchón, no puedo dormir. Por eso, me vine al balcón con mi Laptop, y empecé a hacer una lista de los problemas más comunes que llevan al divorcio. Por lejos, la infidelidad y en 90 años de práctica, he tenido 837,567 ejemplos de lo que sin duda es la más vil de las traiciones. Y soy testigo de las más malvadas. Ella con el hermano de él, él con su mejor amiga...pobres diablos, gente que vive en la negación, el autoengaño. Bueno, que Joder!, se lo merecen, son criaturas inferiores que no han entendido la vida...van por ella como turistas, y si la naturaleza no se las dio, yo no les puedo prestar mi superlativa inteligencia y sabiduría....Mi colchón?, a si, la idiota de mi esposa se fue. No, no con otro tipo, a mi esas cosas no me pasan. Como es corta de ideas, se le ocurrió herirme llevándose mi colchón. Yo no tengo como ese escritor Gensiel o Genissel una alta opinión del viejo colchón. Es un colcho y viejo, se compra otro y listo. Que le ve de trascendente?, vida propia?, sentimientos?, hipotecas subprime y los ahorros.........que chorra hija de puta!

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  7. Doctor.Szyfrez, ha estrito usted un cuento!!
    Congratulaciones!!

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  8. Una inquietante hipótesis se deduce de tan atractivo relato: quizás la obra más emblemática del maestro Sigmund Freud debió haberse titulado "La interpretación de los colchones".

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  9. Muy buena observación Demian, y muy ocurrente.
    Gracias

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  10. Nadie nos conoce más que nuestro propio colchón....!!

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  11. Gracias Reina por comentar, es verdad lo que decís, y más de una pareja se ha disuelto por el simple hecho de girar el colchón y encontrarse entonces con huecos de una silueta que no es la suya, o tal vez por soñar sueños que no le correspondían y nunca debería haber soñado.

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  12. Eso le digo a mi marido cada vez que quiere girar el colchón... dejalo como está que tus huecos son tus huecos y los míos son los míos... pero no me hace caso y comenzamos la pelea.......!!!

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  13. Buena historia. Los colchones saben tanto...
    Saludos.
    P.

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  14. Gracias Propílogo por comentar. A tal punto es asi, que hay cierto tipo de colchones cuyos conocimientos puden tener concecuencias aterradoras. Estos son los colchones de los hospitales y los de los hoteles, sobre todo los mal ventilados.

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  15. ¿Sabes Julio? Mi nuevo colchón me abraza por las noches, el anterior no me gustaba, porque vivo de alquiler y no era mío, fui incapaz de adaptarme a los huecos y sueños ajenos, me venían grandes por aquí y pequeños por acá.
    Pero este... ufff, venía tan nuevito y con tal adaptabilidad (ya se sabe, el látex) que en seguida me puse a soñar nuevos sueños, a hacer mi huequito (y mi él el suyo) y ahora soy tan feliz... cuando él se levanta me voy para su lado y dejo mis sueños para entrar en los suyos, él no lo sabe, pobre. Pero es tan placentero!
    Maravilloso relato, en serio!
    Abrazos sueñudos

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  16. Anita, has escrito un lindo cuento sobre el amor y los colchones. También pinta las dulces estrategias de los enamorados. Tal vez él en secreto se acueste de tu lado y entonces todos los sueños, serán un solo sueño de los dos.
    Gracias por tu elogio. Inmerecido.

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  17. Sr Julio, me acaba de abrir los ojos ante una realidad tan palpable, tan frontal y tan simple que me asusta. ¿Cómo no me dí cuenta antes de semejante verdad? Por favor, siga iluminandonos con sus grandes historias. Se lo agradezco de antemano.

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  18. Estimado Curioso: ESpero que mis futuras narraciones puedan seguir estando a la altura de sus expectativas. Dependo mucho de mi grado de locura, y estando en tratamiento uno nunca sabe si la normalidad desplazará finalmente a la imaginación. Gracias por su comentario

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  19. Qué buen relato, Julio! Me temo que tu protagonista nunca podrá disfrutar de un colchon viscolatex. Felicidades

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  20. Buenísimo tu comentario!!, muy gracioso!!

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